Tener unos buenos genes, sólo nos ayudará en un 25% , el resto dependerá de cómo tratamos a nuestra piel y una serie de causas que se citan a continuación que aceleran el envejecimiento de la piel.
Las inclemencias del tiempo, en lugares donde hay fuertes vientos y humedad ambiental baja, puede aparecer desecamiento de la piel y como consecuencia deshidratación, desprotección y pérdida de la turgencia natural.
La exposición solar: los rayos UVA y UVB provocan la formación de radicales libres que actúan destruyendo las celulas y también sobre el ADN de los fibroblastos del tejido conjuntivo.
El tabaco: se ha demostrado que el hábito de fumar influye en el grado de hidratación de la piel. Esto se suma a la aparición temprana de arrugas en el contorno de los ojos y la boca, la menor oxigenación de los tejidos por la contracción de los vasos sanguíneos, que se refleja en una tez mas atrofiada y apagada
El calor: la acumulación del calor pudiendo llegar a 40º C, también hace un efecto nocivo sobre la piel, pues puede desnaturalizar el ADN a parte de las quemaduras cutáneas.
El frio: produce descamación en la piel, trastorno circulatorio y desecamiento con pérdida del factor hidratante natural.
La contaminación ambiental: la atmósfera contiene gases tóxicos y materias sólidas en suspensión que propician la formación de radicales libres. El uso de cosméticos inadecuados, contribuye también a que no veamos nuestra piel como nos gustaría.