Tengo muchas consultas sobre piel sensible, creo que es importante saber qué se conoce como “piel sensible” en otro artículo pondré tratamientos hipoalergénicos  y cosméticos adecuados, para minimizar los riesgos.

El uso de cosméticos inadecuados puede provocar el empeoramiento de dermatitis preexistentes, por ejemplo, la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica y la rosácea.

Se considera que una piel es sensible cuando presenta respuestas de tipo irritativo o alérgico al contacto con algún producto o ingrediente que carece de este potencial para la mayoría de los consumidores.

En la actualidad se sigue  debatiendo acerca de la definición de piel sensible y se expresan opiniones contradictorias al respecto.

No está claro si la palabra sensible debe aplicarse exclusivamente a la presencia de una hiperactividad con picor, comezón y tirantez tras la aplicación tópica de un producto.

Indudablemente, a menudo se refiere que muchas reacciones a cosméticos son fenómenos sensoriales sin alteraciones visibles.

En resultado de estudios llevados a cabo en Francia y Reino Unido aproximadamente el 50% de la población, cuando se preguntaba, refiere padecer los síntomas que popularmente se ha clasificado como “piel sensible”. Estos modelos no se han investigado en intensidad, Por tanto el término piel sensible puede  ser engañoso.

Sin embargo todas estas personas respuesta positiva frente  escozor, tras la aplicación local de un 10% de ácido láctico o cítrico en el pliegue nasogeniano.

Tokota et al , ha clasificado la piel sensible en función de ocho parámetros:

-test de escozor

-pérdida de agua transdérmica.

-perdida de hidratación.

-descamación.

-aumento del grosor epidérmico.

-densidad de la papila dérmica

-concentración sanguínea de NGF “factor de crecimiento de los nervios”.

-sensiblidad a los estímulos eléctricos.

De ahí se clasificaron tres formas de mostrar sensiblidad :

-Grupo “xerótico”:

Se basa en el que aparece descamación anormal, se ve disminuida la barrera cutánea y perdida de agua transdérmica.

-Grupo “inflamatorio”:

Con valores normales en la función barrera cutánea, humectación y descamación, aunque presenta un mayor grosor epidérmico y una mayor densidad dérmica.

-Grupo “sensible”:

Con función barrera y anatomía normales, aunque con un bajo umbral de resistencia al paso de la corriente eléctrica por la epidermis.

PIEL XERÓTICA

Este tipo de piel es propensa a la sequedad por exceso de perdida de agua trancutánea que se agrava con la baja humedad y el viento, posee poca capacidad de retención hídrica.

Posee menos lípidos, sobre todo ceramidas.

Se establece entonces un círculo vicioso: las sustancias tóxicas y los radicales libres penetran a través de la deteriorada barrera superficial, que es la espoleta de las reacciones intolerantes e inflamación. Estos contaminantes ocasionan una liberación de oxigeno, radicales libres y endotoxinas, que dañan las células y causan destrucción de la barrera cutánea.

Para romper el círculo, se elaboran cosméticos especialmente formulados que contengan inmumoduladores para estabilizar la reactividad superficial y disminuir así las reacciones inflamatorias.

Si conseguimos reforzar la barrera cutánea y disminuir la intensidad de los procesos inflamatorios, la barrera epidérmica empezará a recuperarse.

La aplicación tópica de humectantes consigue rehidratar la epidermis y restablecer además en cierto grado la función barrera.

Este tipo de piel es compatible con la xerosis senil, el fotoenvejecimento y la dermatitis irritativa de contacto aguda o crónica.

PIEL SENSIBLE INFLAMATORIA

Esta clasificación se refiere a las pieles que padecen una patología subclínica, como rosácea y dermatitis atópica, que pasan por intolerantes y lo que padecen en realidad es una patología de origen inflamatorio.

Este tipo de pieles reaccionan de forma exagerada frente a cosméticos con capacidad irritante, por lo que se han de extremar las precauciones a la hora de escogerlos preparados a emplear.

PIEL SENSIBLE VERDADERA

En la piel sensible puede esperarse sensiblidad debido a cambios en el sistema nervioso.

Se han descrito que las fibras nerviosas invaden la epidermis en piel in vitro y que las fibras nerviosas están incrementadas notablemente en pacientes con dermatitis atópica pruriginosa.

Todos los grupos de piel sensible poseen a su vez un mayor porcentaje de NGF (factor de crecimiento de los nervios) comparados con la piel no sensible.

La sensibilidad a los estímulos externos químicos y eléctrico es muy alta.

Todo esto apunta que las reacciones de hipersensiblidad de las pieles sensibles se deben a la invasión de epidermis por las fibras nerviosas superficiales.

Esta invasión se debe a distintos parámetros, a una higiene crónica intensa, un exceso de empleo de cosméticos, la constante alteración de la flora saprófita etc..

CONCLUSION

Todas estas características nombradas pueden producir unas manifestaciones clínicas que, no sean idénticas en personas distintas ni ante sustancias distintas.

Se puede establecer que, para diagnosticar una piel como “sensible” debe al menos producirse uno de los siguientes síntomas:

-Enrojecimiento, picor o tirantez tras una exposición a bajas temperaturas o al viento.

-Enrojecimiento, picor o comezón, sequedad o descamación después de la aplicación facial de cosméticos o contacto con agua y jabones.

-Enrojecimiento (eritema/eritrosis) asociado a estrés, emoción, ingestión de alcohol, especias o cambios bruscos de temperatura.

BENEFICIOS DE LA APLICACIÓN TOPICA Y TOMA DE ACEITES OMEGA-3

Las investigaciones cosméticas se han centrado últimamente en la acción inmunomoduladora de los aceites ricos en ácidos grasos omega-3, el ácido linolénico, el acido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido decosahexaenoico.

Estas moléculas disminuyen la producción de leucotrienos y prostaglandinas, metabolitos del ácido araquidónico y consecuentemente tienen un efecto antiinflamatorio.

Los productos cosméticos y los suplementos nutricionales que contienen los aceites omega-3 permiten un cambio en el curso de las reacciones inmunes y reducen la inflamación en patologías como dermatitis de contacto irritativa y alérgica, eccemas y psoriasis.

Biblografia:

Plan de formación continuada: Consejo gral de Colegios de Farmacéuticos

Atención Farmacéutica en Dermofarmacia, Modulo I J.M. Carbajo

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